Existe una notable diferencia entre cometer errores de política económica por incompetencia para la función que se desempeña y adoptar políticas erróneas con la plena conciencia de que lo son, pero de esa forma se conserva el poder a costa del bienestar del resto de la sociedad. Por tanto, en este último caso se prioriza mantenerse en el poder por encima de los intereses de la sociedad.

Cualquiera de las dos opciones se traduce en un deterioro del bienestar social, pero el segundo caso hace que quienes dirigen el país no merezcan el respaldo del pueblo. Sin embargo, para que eso resulte evidente debe existir un mecanismo pacífico para que ese respaldo se ratifique o se revoque. Si no existe ese mecanismo pacífico, la alternativa es la indeseable y fratricida violencia política y social. Quienes creen que Cuba estará exenta de esas alternativas eternamente, parecen no tener en cuenta las realidades de la vida y de la historia.

Hace unos meses, el periódico Granma anunciaba la ridícula noticia de que comenzaría un estudio del pensamiento de Xi Jinping en la Escuela Superior de “Cuadros” del Estado y el Gobierno.

Ahora Sputnik, publicación rusa al servicio del Kremlin, publica que “Moscú y La Habana crearán un centro especial para impulsar las reformas de la economía cubana”. El anuncio se realizó después de una reunión entre Díaz-Canel y el comisionado ruso para la protección de los derechos de los empresarios y jefe del Consejo Empresarial Rusia-Cuba, Borís Titov.

La nota informa que “especialistas del Instituto de Economía de Crecimiento Stolypin, junto a expertos cubanos, crearán un Centro de Transformación Económica que preparará los cambios de la economía de Cuba, que se basarán en el desarrollo de la empresa privada”.

Frente a esto, quiero decir lo siguiente:

  1. ¿La dirigencia cubana pretende ahora hacer una privatización de la economía “a la rusa” en la que se beneficien las mafias existentes en el país, que existen, y los hijos y nietos de funcionarios, así como otros que medran al amparo del poder? ¿Lo vamos a permitir? ¿Saben cómo se privatizó en Rusia? Escribiré sobre ello más adelante.
  2. ¿Necesita Cuba un Centro de Transformación Económica que siga el modelo de un centro ruso al servicio de un autócrata como Vladimir Putin o necesita Cuba a profesionales comprometidos con la transformación del país, considerando sus condiciones? ¿O es que lo que se pretende es precisamente copiar el modelo de capitalismo mafioso de Rusia? ¿Lo vamos a permitir? Tanto el Centro de Estudios sobre la Economía Cubana (CEEC) como las Facultades de Economía y Contabilidad y Finanzas de la Universidad de La Habana y de otras universidades del país tienen excelentes profesionales. Y muchos economistas altamente comprometidos con los destinos del país y contrarios a soluciones mafiosas damos nuestras opiniones sobre la manera de salir de la crisis de forma sistemática, pero somos incómodos para los oídos de quienes solo están interesados en conservar su poder y lo que proponemos lo erosiona, pero al mismo tiempo permitiría empoderar al pueblo, que según la constitución es el soberano.
  3. ¿Quien fue Piotr Arkadyevich Stolypin? Fue primer ministro y ministro del Interior del zar Nicolás II, entre 1906 y 1911, murió asesinado en una representación de ópera en Kiev. Ciertamente, intentó una reforma económica orientada a la modernización de Rusia, atrasada respecto a otras potencias imperialistas de la época. Era partidario de hacer una reforma agraria que elevara la productividad del agro (desarrollo de la agricultura individual a gran escala, créditos agrícolas, nuevos métodos de producción, fomento de cooperativas agrícolas, etc), modernización de la agricultura y de la industria. Buscaba elevar la capacidad de exportaciones agrícolas para poder importar bienes de capital que impulsaran el desarrollo industrial. Pero ello no quiere decir que fuera un progresista, sino que de forma realista advertía las debilidades económicas de Rusia para mantener su posición de potencia.
    Desde el punto de vista político era un conservador, partidario del mantenimiento de la autocracia zarista. Como primer ministro disolvió varias veces la Duma cuando ésta entró en conflicto con el gobierno. Llama la atención de que ese importante “think tank” ruso que pareciera que va a colaborar con las “reformas” cubanas tenga precisamente el nombre de Stolypin y no el de algunos de los brillantes economistas rusos como Vassily Leontiev, Leonid Kantorovich o Evsei Liberman. Sin embargo, esto es lo de menos, pero nos da una idea de por donde viene el asunto.

Quienes están al mando del país en estos momentos, en perfecta “continuidad histórica” parecen dispuestos a hacer “ciertas reformas” que apunten al funcionamiento de una economía privada en manos de los “círculos de poder” que, por demás, sostengan ese poder.

Así ha ocurrido en Rusia, donde en tiempos de Yeltsin –más preocupado por beber que por gobernar– apareció una nueva oligarquía que de la noche a la mañana se hizo con el control de la economía del país. ¿De dónde salieron esos oligarcas? De los delincuentes que medraban en la ilegalidad de las prohibiciones, pero con la anuencia de la policía y el KGB, así como policías, miembros del KGB y dirigentes del PCUS y del gobierno corruptos que amasaron fortunas por esa vía. Algo muy parecido ocurrió en la mayor parte de las demás repúblicas de la ex-URSS.

Es decir, construyeron un capitalismo mafioso que terminó creando un Estado mafioso en el que la lealtad al mafioso mayor es la que determina la carta de supervivencia.

¿Es eso lo que algunos pretenden? ¿Lo vamos a permitir? Yo me opongo totalmente.

Soy partidario de una economía mixta, con un Estado que promueva el desarrollo a través de bienes públicos, servicios sociales de alcance universal y que establezca unas reglas de juego transparentes que permitan el desarrollo del emprendimiento privado y cooperativo también, en condiciones de democracia política y apego a la justicia social. Algo bastante parecido estaba en el ideario original de la Revolución Cubana. Todo cambió después. Yo sigo haciendo mío ese ideario original que inspiró a mis padres, que adopté por convicción y al que no voy a renunciar.


Publicado originalmente en Facebook