(Marzo 6, 2023) Cuba Siglo 21 da a conocer el resultado de una investigación acerca de la política deliberada de asfixia desatada por GAESA contra el sector no estatal cubano -los llamados cuentrapropistas- desde 2016. El informe aborda también la maniobra del gobierno de Cuba detrás de la creación de MIPYMES mientras que con mil presos políticos y siendo aliados proactivos de la agresión de Putin contra Ucrania, fomenta una campaña para el retorno de Estados Unidos a la política de Deshielo del presidente Obama.

La investigación publicada en la colección Dossier Cuba 21 fue realizada con apoyo del Havana Consulting Group, el Observatorio Cubano de Auditoria Ciudadana y las contribuciones de un grupo de periodistas independientes.

En ella se demuestra estadísticamente que el mayor auge alcanzado por el sector no estatal ocurrió en el periodo 2013-2016, cuando en medio del deshielo el régimen cubano trancó las reformas y comenzó una ofensiva despiadada para detener el mayor movimiento de emprendimiento ciudadano ocurrido en las últimas seis décadas. 

Según indican los datos, lejos de alentar una mayor apertura económica el llamado Deshielo generó precisamente lo contrario: la oligarquía inició una ofensiva estatal para asfixiar a los emprendedores.

Esa ofensiva coincidió, todavía bajo la Administración Obama, con las primeras denuncias por los afectados del llamado Síndrome de La Habana. La oligarquía se benefició financieramente del Deshielo, limpió su deuda externa al serles condonados 42,000 millones de dólares, obtuvo nuevas líneas de créditos, incrementó el flujo turístico y usó los recursos para construir hoteles y adquirir equipos para la represión. Cuando vino la epidemia no había balones de oxígeno, ambulancias ni hospitales preparados para enfrentarla. No detuvieron la construcción de hoteles. Murieron cientos de miles de cubanos.

En 2016 había más de 500,000 cubanos con licencia de trabajo por cuenta propia que generaban más de 3,000 millones de dólares. La retranca a las reformas en 2016, sacó del mercado unos 80,000 cuentapropistas. Posteriormente la pandemia y la tarea de Ordenamiento monetario hicieron que más de 139,000 emprendedores entregaran la licencia o cerraran sus negocios. El país ha perdido dos tercios de esta fuerza laboral porque el Estado, que ahora se vanagloria de crear unas MIPYMES que no representan el 1% de aquellos negocios, aplicó desde entonces políticas deliberadas para reprimirlas por medio fiscales y policiacos (los más exitosos a menudo terminaban en la cárcel). Una parte considerable ha emigrado convencida de que no hay futuro.

La investigación revela que la nueva ley de MIPYMES fue diseñada para redireccionar las empresas estatales a fin de crear una estructura empresarial en su mayoría manejada por oligarcas y personas afines al gobierno. El objetivo es facilitar la promoción en Estados Unidos de un Deshielo 2.0 creando una imagen de falsa apertura para atraer inversión extranjera y burlar el embargo norteamericano.  Esta sería una clase media “emprendedora” (con el discreto capital de la oligarquía y sus empresas fantasmas) a la que los agentes de influencia de Cuba en los EEUU intentarían promocionar y vender a OFAC (Dpto. del Tesoro de EEUU) como cuentapropistas y emprendedores privados legítimos para que les permitan transacciones comerciales, financieras y crediticias con EEUU que serían mediadas por el Estado y bancos de GAESA disfrazados de independientes como Orbit.

Como demuestra esta investigación, Cuba es un país donde sigue sin existir la libertad empresarial para registrar la propiedad de una empresa, donde no se puede exportar ni importar libremente, ni expandir un negocio, ni decidir en dónde invertir.

Bajo esa realidad pretender trazar una política de engagement con el objetivo de empoderar al pueblo cubano tratando de potenciar un sector privado que no existe, es reiterar los errores del primer Deshielo que no condujo a dar oxígeno al pueblo, sino a sus opresores porque se hicieron concesiones sin reclamarse las que debía  materializar, primero o de forma paralela, el lado cubano.

El indicador de éxito de cualquier engagement es que empodere al pueblo, no a la oligarquía y GAESA. El régimen de gobernanza ha colapsado y la mayoría de los cubanos hoy desea y tiene la posibilidad de sacar del poder a sus opresores. Pero necesita que no haya injerencias extranjeras de nadie para fortalecerlos otra vez en esa coyuntura.


Dossier Cuba 21 No. 5 EL EMPRENDIMIENTO EN CUBA ASFIXIADO POR GAESA

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