La noticia sobre la existencia de una red, supuestamente privada, de reclutamiento de cubanos para ir a pelear a Ucrania plantea ciertas interrogantes básicas. Después de consultar diferentes fuentes, los analistas de Cuba Siglo 21 hemos llegado a conclusiones que es posible resumir en torno a tres preguntas.

1 -¿Fue una red rusa verdaderamente privada la que ha reclutado cubanos para la guerra o estuvieron involucrados los gobiernos de Rusia y Cuba?

Toda la evidencia apunta hacia un esfuerzo colaborativo y concertado entre los gobiernos de Rusia y Cuba para organizar una red de reclutamiento de voluntarios cubanos que se unirían a las tropas rusas en Ucrania. En Rusia, el Estado usa agencias privadas como Wagner para ese tipo de actividades, pero Cuba no tiene antecedentes de haberlo hecho anteriormente. Sin embargo, hacer pasar esta actividad en la isla como la de una entidad extranjera y privada le permite ahora al gobierno cubano negar su participación oficial en el reclutamiento y envío a Ucrania de sus nacionales.

Es un hecho que dado el carácter cerrado de la sociedad totalitaria cubana es imposible burlar los controles oficiales de salida de ciudadanos sin ser detectados. Por otra parte, conspira contra la credibilidad de La Habana el historial previo de ese gobierno.  Antes, por ejemplo, ha negado su participación en hechos ilícitos graves -como fue el escándalo del tráfico de cocaína en los años 80’-, de los que se desentendió cuando fueron descubiertos y los presentó como iniciativas inconsultas de un grupo de oficiales y funcionarios.

2 – Si el gobierno de Cuba ha estado involucrado, ¿por qué ahora denuncia la red?

Varios indicios apuntan a la posibilidad de que ambos gobiernos -aunque se aprestan a combatir juntos en Ucrania- nunca tuvieron la intención de utilizar a los individuos de esta red especifica como la principal contribución de Cuba al esfuerzo militar de Rusia en Ucrania.

La red no estaba haciendo ningún intento serio de reclutar cubanos física y mentalmente capaces de unirse a una unidad de combate. Las edades fluctúan entre 69 y 19 años. Pese al supuesto examen médico que se les hizo en una base militar en Rusia algunos de los reclutados tienen limitaciones físicas graves. La mayoría no habla ruso ni tienen experiencia militar. Es muy improbable que una persona que sólo habla español y no tiene entrenamiento militar en la guerra moderna pueda ser útil en las unidades rusas.

Las declaraciones oficiales cubanas que afirman haber detectado y desmantelado esta “red privada”, podrían de ahora en adelante permitirle a La Habana afirmar que cualquier cubano que sea identificado luchando en Ucrania fue de aquellos que fueron previamente reclutados de forma privada en territorio de Cuba o Rusia, a espaldas del gobierno cubano, y que viajaron allí antes de desmantelar la red en la isla.

Si ese es el caso, -como estiman los analistas de Cuba Siglo 21- el principal propósito de La Habana al haber ayudado a esta red privada para luego distanciarse de ella para construir una cortina de humo, un muñeco de paja, como enmascaramiento del posterior envío de fuerzas regulares a Ucrania. Y semejante operación la habría llevado a cabo en perfecto acuerdo con Putin.

Cuba tiene una larga experiencia en librar guerras en países extranjeros, pero cuando se trata de conflictos de alta intensidad siempre lo ha hecho como unidades militares cohesionadas bajo mandos cubanos que dan órdenes en español y utilizan traductores para comunicarse con las fuerzas aliadas locales. Lo hicieron en el Sahara, los Altos del Golán, Etiopía, Vietnam y, hasta cierto punto, incluso en Angola, aunque las similitudes portuguesas con el español facilitaban el trabajo conjunto.

3- ¿Se ha visto Cuba obligada a aliarse a los rusos porque el presidente Biden no ha incentivado económicamente un acercamiento a EE. UU?

La Unión Europea -no Rusia- es el principal socio comercial, inversor, acreedor de deuda y proveedor de ayuda humanitaria a Cuba. Los europeos no tienen sanciones contra Cuba. Sin embargo, La Habana decidió involucrarse en la agresión rusa a Ucrania.

Es absurdo culpar a Estados Unidos por decisiones y acciones tomadas por Fidel Castro antes y por Raúl Castro ahora, sea en la isla o el exterior. Nada que el presidente Biden hubiera hecho habría tenido impacto alguno en la decisión de Raúl Castro de mantener sus opciones geopolíticas en el marco de un pequeño circuito de estados autocráticos, totalitarios y/o terroristas.

No importa qué concesiones económicas se les puedan hacer, Castro y sus amigos, nunca estarán atraídos por la opción de avanzar hacia mejores relaciones con sociedades abiertas, democráticas y de libre mercado basadas en el estado de derecho. No confían en ellas.

Una recomendación

Los activistas cubanos de derechos humanos han reclamado la cancelación del Acuerdo de Diálogo Político y de Cooperación entre Cuba y la Unión Europea que no ha servido el propósito de avanzar hacia una sociedad abierta, pero ha entregado miles de millones de euros al gobierno cubano que los ha usado en la represión interna.

Dada la activa participación cubana en esta guerra genocida, el acuerdo debiera ser definitivamente cancelado y esos recursos ser redirigidos de inmediato hacia los países fronterizos al conflicto que desde febrero de 2022 han tenido que asimilar de manera urgente a millones de desplazados y refugiados ucranianos. Ellos mismos deberían ahora encabezar este reclamo en Bruselas.