(Mayo 22, 2023) Cuba Siglo 21 reitera su alerta del pasado mes de enero sobre la injerencia rusa en la isla y las peligrosas mutaciones y alianzas que ella impulsa en el futuro inmediato de Cuba.

Moscú y La Habana están implementando un fraude estratégico ante Washington y Bruselas: vender como apertura en Cuba lo que no es otra cosa que la transición a un Estado mafioso con mercado como el de Putin.  Es necesario tomar conciencia del grave momento histórico y obrar en consecuencia.

A instancias de un emisario del Kremlin, Díaz Canel ha declarado que se preparará una hoja de ruta para adaptar toda la legislación nacional a los cambios que les pide Rusia que hagan en ella. No los que ha reclamado el pueblo el 11 de julio en la calle, sino Putin desde Moscú. Para Raúl Castro y su equipo de mediocres cipayos ningún acuerdo de los pasados congresos del PCC y Asambleas del Poder Popular vale más que lograr a como dé lugar el reacomodo con los amos rusos. Es particularmente humillante y vergonzoso que se anuncie la voluntad de reformar toda la legislación vigente a instancias de una potencia extranjera que, para colmo, libra en este preciso instante una guerra de agresión genocida e imperialista contra un país soberano en Europa.

El régimen cubano estaba ofreciendo apoyo a Moscú en dos frentes de guerra contra Kiev: la diplomacia y la desinformación. Ahora se ha anunciado que en territorio de Bielorrusia se ha dado también inicio a la cooperación militar –para asegurar que el MININT esté preparado para aplastar revoluciones populares democráticas en la isla como antes hizo Putin precisamente en Bielorrusia. Lógico. Rusia no se va a echar la carga de Cuba a cuestas para perder luego lo invertido, sea porque no paguen, o porque se derrumba su aliado.

Cada día se hace más probable que el Kremlin procure una presencia militar fluida y flexible en la isla de naves con cohetes portadores de ojivas nucleares. Semejante movimiento sería una manera para Putin de salvar la cara frente a una muy probable debacle en Ucrania. A fin de cuentas, él culpó a la OTAN de provocar esta guerra por aproximarse al territorio ruso y de este modo, supuestamente, pagaría con la misma moneda. Esta eventualidad fue examinada por el General Rafael del Pino en nuestro Dossier No 6 .

Estos acontecimientos reflejan claramente cómo La Habana valora y prioriza comparativamente a los rusos por encima del pueblo cubano y su diáspora. La rapidez con que se anuncia la aceptación de inversiones rusas en MIPYMES, el ofrecimiento de tierras por tres décadas en usufructo, la concesión de excepciones fiscales y legislativas extraordinarias, más entrelazar su banca con la cubana (lo que ayudará a ambos países sometidos a sanciones a lavar capitales), muestran tres aspectos claves del régimen en su etapa final: 1. El desprecio que sienten por el pueblo cubano y su diáspora; 2. La obediencia incondicional del régimen al imperialismo ruso y  3. El desespero que tienen ante la inminencia de su posible y cada día más probable caída final.

Mientras tanto, a los cubanos residentes en el exterior se les rebaja el costo de algunos trámites consulares para facilitar que viajen a la isla más a menudo y gasten su dinero en consumos turísticos. Migajas que para nada alteran la exclusión de la vida nacional de varios millones de cubanos y el destierro total de cientos de miles de ciudadanos incluidos en listas negras a los que se les niega incluso la posibilidad de visitar el país en que nacieron.

El objetivo de los cubanos en el exterior a inicios de la tercera década del siglo 21 no es otro que el del resto de la Nación de la que son parte. Lograr alcanzar un país democrático, próspero y libre en el que participen todos los cubanos. No se reduce a lograr unas migajas económicas en el costo de trámites consulares sino a recuperar el país que se les arrebató desde 1959 por medio de la violencia. Eso solo podrá alcanzarse por medio de una transformación radical que ponga fin a todas las trabas y discriminaciones que quebraron en dos mitades la Nación y han impedido hasta hoy su concertación para impulsar el desarrollo del país.

Los millones de excluidos y desterrados cubanos no deben permitir que organizaciones espurias de solidaridad procastrista, construidas artificialmente y dirigidas desde La Habana, pretendan representarlos. Son tiempos graves, no de payasadas.

En esta hora crítica la diáspora –esos millones de cubanos excluidos de la vida política y económica nacional y los cientos de miles en lista negra que se les niega incluso visitar el país en que nacieron– más allá de las múltiples organizaciones de oposición política al castrismo que la integran, podría y debería tomar posición como actor colectivo para enfrentar esta nueva traición a la soberanía nacional.

Los lacayos habaneros de Putin no creen en el potencial de los cubanos para alcanzar el desarrollo. Siempre han buscado un mecenas externo. Los cubanos creemos en nuestras propias fuerzas para comenzar a desarrollar –en libertad– un país próspero. Para ello contamos, como Nación transnacional, con suficiente capital financiero, humano y social.

Dados los nuevos riesgos que asoman para el futuro de la nación, Cuba Siglo 21 anuncia la publicación del Dossier No. 7 “La Diáspora Cubana: desterrada, excluida y motor del futuro” donde analiza el papel fundamental que pudieran jugar los cubanos que residen en el exterior en los momentos actuales que vive el país.

La hoja de ruta anexionista de los cipayos de La Habana debe ser confrontada con otra hoja de ruta soberana que refleje los intereses de la Nación. Para los cubanos dignos, dentro y fuera de la isla, es hora de alcanzar la libertad y no ser sometidos de nuevo a potencias de probada vocación colonial.


Descargar  en pdf Dossier No 7. La Diáspora cubana: desterrada, excluida y motor del futuro

Resumen del Dossier No. 7 La Diáspora cubana: desterrada, excluida y motor del futuro

Resumen del Dossier No. 6 Putin explora la creación de un teatro de operaciones navales en el hemisferio occidental

Sin “gusanos” no hay país, por Emilio Morales