Desde enero de 2023, el anuncio repentino de que Rusia apadrinaría al régimen cubano en una presunta reforma de mercado de su economía generó un gran revuelo. Sin embargo, un año después, la euforia inicial se desvaneció y las expectativas se vieron frustradas.
Los viajes de empresarios y funcionarios de ambos gobiernos se multiplicaron, alimentando el entusiasmo por lo que algunos denominaron la “Isla de la libertad”, en referencia al antiguo aliado de la URSS a 90 millas de Estados Unidos. Sin embargo, los resultados concretos de esta colaboración han sido escasos hasta el momento.
¿Fue el Partido Comunista de Cuba seducido y luego abandonado por el Kremlin? ¿O fueron los anuncios grandilocuentes simplemente humo sin fuego?
El economista cubano Emilio Morales, presidente y CEO de la empresa de consultoría Havana Consulting Group, con sede en Miami, señala que la cautela de Rusia en las inversiones en Cuba se debe a la falta de confiabilidad económica del régimen cubano y a las diferencias entre los modelos económicos cubano y ruso.
Aunque se han realizado algunos avances, como la creación de una empresa en el Mariel para el almacenamiento y distribución de mercancías, y la conexión de bancos rusos con los cubanos para permitir el uso de tarjetas rusas en la Isla, las inversiones concretas y significativas siguen siendo escasas.
Por otro lado, la economista Rafaela Cruz plantea que la supuesta reforma económica cubana, a cargo del Instituto para la Economía del Crecimiento Stolypin, nunca tuvo mucho sentido, ya que el régimen cubano insiste en mantener el estatismo totalitario en lugar de realizar una verdadera reforma de mercado.
Las cifras anunciadas sobre el aumento del intercambio comercial bilateral entre Cuba y Rusia son cuestionadas por Cruz, quien las considera parte de una campaña propagandística para atraer inversores privados rusos.
Por su parte, Morales destaca que la falta de pericia y la poca iniciativa del gobierno cubano para romper con los viejos esquemas legales y comerciales limita el progreso económico. Además, la precariedad del mercado cubano y las deudas pendientes dificultan la atracción de inversiones extranjeras.
En resumen, mientras el tiempo avanza y la crisis económica en Cuba se agrava, las promesas de reforma económica respaldadas por Rusia parecen estancadas. La falta de adaptación del régimen cubano a las demandas del mercado y la desconfianza de los inversores extranjeros son obstáculos significativos en el camino hacia la transformación económica de la isla.
A medida que los rusos exploran otras oportunidades de mercado, la pregunta sobre el destino de la supuesta reforma económica en Cuba queda sin respuesta. ¿Fue el Partido Comunista de Cuba seducido y abandonado por Moscú, o las expectativas simplemente se desvanecieron ante la realidad de una economía estancada y un régimen político reticente al cambio?
Resumen de artículo publicado en Diario de Cuba