‘Este año que comienza será también muy difícil para la industria turística cubana, en la medida que el recién paquetazo aplicado por el Gobierno aumente aún más el alto índice de inflación.’
Mientras los competidores caribeños rompen récords de arribo de turistas e ingresos, la industria turística cubana sigue atrapada en el limbo de la continuidad. Esta vez, el plan del ministro de Economía Alejandro Gil de alcanzar la llegada de 3,5 millones de turistas volvió a fracasar.
En 2023 apenas arribaron al país 2.436.979 turistas, una cifra por debajo incluso del plan de 2,5 millones trazado para 2022. El resultado representa una caída de 43% del arribo de turistas al país en comparación con la alcanzada en 2019, que fue de 4.275.561. Hablamos de un verdadero fiasco para el régimen cubano, que ha invertido más de 24.000 millones de dólares en la construcción de hoteles en los últimos 15 años. La industria turística nacional se ha convertido en la Cenicienta del Caribe por sus pésimos resultados en la etapa de recuperación.
En cambio, la República Dominicana sobrepasa la llegada de 10 millones de turistas y genera ingresos por más de 11.000 millones de dólares, contribuyendo a más del 20% del PIB del país.
De todos los mercados emisores de turistas a Cuba, el único que creció con respecto a 2019 —año previo a la pandemia— fue Rusia, al aumentar un 3,84%. El país que más turistas aportó fue Canadá, con un total de 936.436. Sin embargo, se quedó un 16,40% por debajo de la cifra alcanzada en 2019. El segundo grupo de viajeros fue el de los cubanos residentes en el exterior, con 358.480, muy por debajo de los 623.975 alcanzados en 2019. Este resultado representa un declive del 42,55%. De forma general, todos los mercados, excepto Rusia, decrecieron respecto a 2019.
Los tradicionales cinco principales mercados europeos (España, Italia, Francia, Alemania e Inglaterra), que en el pasado aportaban la mayor parte de los turistas que venían de Europa, siguen estancados en pobres estadísticas, que reflejan que Cuba ha dejado de ser un mercado de interés para estos viajeros. Si comparamos los resultados obtenidos en 2023 con respecto a los obtenidos en 2019, vamos a constatar el gran declive que han tenido todos: España (-38,99%), Alemania (-60,29%), Francia (-67,83%), Italia (-60,38%), Inglaterra (-59,90%).
La llegada de cubanos residentes en el exterior también se encuentra empantanada, al caer un 42,55% en 2023, en comparación con 2019, año previo a la pandemia.
Varios factores han incidido en estos resultados. La crisis interna de Cuba se ha agravado considerablemente debido a la escasez de alimentos, medicamentos, y la espiral inflacionaria en la que ha caído la economía del país, que ha puesto a vivir a más del 80% de la población en la pobreza, generando un creciente aumento del crimen en las calles. Esto ha traído como consecuencia que varios de los principales países emisores de turistas a Cuba hayan generado alertas de viaje a sus ciudadanos sobre la falta de alimentos y medicamentos, así como la inseguridad ciudadana, el aumento de la criminalidad y lo asaltos en las calles de la Isla.
Por otra parte, hay que agregar el mal servicio que se oferta en los hoteles, así como la mala calidad de la comida y el mal estado de las instalaciones hoteleras. La falta de higiene en las instalaciones es expresada en las constantes quejas de los turistas, refiriéndose a la suciedad y presencia de cucarachas en las habitaciones. A lo que hay que sumar la gran ola migratoria que ha sacudido al país y que representa la reunificación de decenas de miles de familias, priorizando entre los miembros de la diáspora el sacar del país a sus familiares por encima de invertir en viajes para visitarlos en la Isla.
Vale señalar que el segmento de cubanos residentes en el exterior son los turistas que tradicionalmente dejan más ingresos debido a que son los que más rentan autos y los que más gastos tienen al invitar a sus familiares residentes en la Isla a pasarse varios días con ellos en los hoteles, pagando su estancia. La caída del 42,55% de este segmento representa una pérdida de alrededor de 1.000 millones de dólares en ingresos.
La caída de la demanda y las alertas de viajes hacen disminuir los vuelos a Cuba
El declive de la industria turística cubana en sus principales mercados ha generado una fuerte caída de la demanda, por lo que varias líneas aéreas han disminuido la cantidad de vuelos al país y otras han tomado la decisión de salirse del mercado. Fue el caso en 2023 de varias líneas aéreas norteamericanas, como Jet Blue, Delta y South West, mientras que American Airlines redujo el número de vuelos a la Isla, pues sus aviones estaban viajando prácticamente vacíos. Hay que tener en cuenta que los viajeros norteamericanos disminuyeron un 68,10% respecto a 2019, y los cubanoamericanos un 42,09%.
A esto hay que sumar que, con anterioridad, las líneas áreas españolas Iberojet e Iberia hicieron drásticos ajustes en sus itinerarios de vuelos a Cuba, reflejo de la debacle de una industria turística que en 2023 mantuvo desocupada siete de cada diez habitaciones.
Otro aspecto que afectó a la industria fueron las mencionadas alertas de viajes emitidas por las autoridades canadienses, españolas y norteamericanas.
Las autoridades de Canadá emitieron una alerta de viaje a Cuba por la escasez de artículos de primera necesidad, incluidos alimentos, medicinas y combustible. Por su parte, la Cancillería de Madrid actualizó sus recomendaciones de viaje a la Isla para todos los ciudadanos españoles, y advirtió del incremento de robos en la Isla en zonas de playa y también a autos con matrícula de turismo.
En su alerta de viaje el Ministerio de Relaciones Exteriores de España expresó: “con la recuperación del turismo se han reportado robos que en ocasiones pueden llegar a cometerse mediante el uso de la violencia. Son frecuentes los hurtos de bolsos y otros enseres personales en las playas (tanto en las Playas del Este, próximas a La Habana, como en otras playas cercanas a localidades turísticas como Trinidad o Cienfuegos)”. Y agregó: “asimismo, pueden producirse robos en gasolineras, mayoritariamente en casos de vehículos alquilados con placa T (turística) y camino de los cayos (alrededores de Santa Clara)”.
Las autoridades norteamericanas también han emitido alertas de viajes a quienes tienen planificado viajar a la Isla. La Embajada de Washington en La Habana alertó que en la Isla ocurren delitos violentos, incluidos robos a mano armada, homicidios y agresiones sexuales.
El alza de la criminalidad golpea a la industria turística
El aumento de la inseguridad en las calles cubanas se suma como otro elemento que lastra la recuperación turística. Ya ni cubanos ni turistas se sienten seguros. La ola de violencia que sacude las ciudades ha desbordado la tranquilidad con la que antes se paseaba por ellas, un atractivo del turismo en la Isla que ha desaparecido.
El Observatorio Cubano de Auditoría Ciudadana (OCAC) publicó recientemente un análisis de la quiebra de la seguridad pública en Cuba. El informe refleja la creciente inseguridad pública y la escalada de crímenes violentos en el país. OCAC señala que la seguridad pública solo constituye uno de los aspectos de la seguridad ciudadana, ya que esta incluye varios indicadores como seguridad alimentaria, sanitaria y energética, entre otros.
Según ese informe, la inseguridad pública se manifiesta a través de un aumento significativo de crímenes y delitos. OCAC identificó 98 reportes comprobados en el primer trimestre: 16 en enero, 48 en febrero y 34 en marzo. De ellos, 42 fueron robos, 33 asesinatos, 17 asaltos y seis otro tipo de delitos. El informe señala que durante el segundo trimestre de 2023 se registraron 189 reportes de crímenes, incluyendo robos, asesinatos, asaltos y agresiones. Las provincias más afectadas en el segundo trimestre fueron La Habana, Villa Clara y Guantánamo.
OCAC consideró muy relevante la comparación del comportamiento trimestral donde se pudo apreciar que prácticamente entre un trimestre al otro se duplicaron los delitos, de 98 a 189 (para un 92% de crecimiento). De estos, los robos crecieron en un 83% (77 vs. 42) y los asesinatos en un 43% (49 vs. 33). Otro dato que se tuvo en cuenta fue que el mayor incremento ocurrió en el mes de junio, marcando una tendencia que indica que se avecina una escalada de hechos delictivos para los meses siguientes.
Sin duda alguna esta situación del aumento del índice de criminalidad y la inseguridad ciudadana pone un bombillo rojo sobre la industria turística cubana. Cualquier turista que quiera planificar un viaje a la Isla tendrá en cuenta su seguridad individual antes decidirse a viajar.
Conclusiones
La industria turística cubana se enfrenta a la peor crisis de su historia. La mediocridad manifiesta de las autoridades en el manejo de la crisis multisistémica que presenta el país ha puesto en crisis al sector que se le ha dedicado la mayor suma de inversión en los últimos 15 años.
El fracaso del régimen cubano en la etapa de recuperación post pandemia contrasta con el éxito sostenido que han tenido el resto de sus competidores en el Caribe, que continúan batiendo récords de arribos de turistas a sus respectivos mercados. Mientras el Caribe recupera a todo tren su industria turística, Cuba tira por la borda las oportunidades de crecimiento.
Este año que comienza será también muy difícil para la industria turística cubana. En la medida que el recién paquetazo aplicado por el Gobierno aumente aún más el ya alto índice de inflación y continúe la crisis de escasez de alimentos, medicamentos y combustible, las malas condiciones internas seguirán empeorando y harán muy difícil que el país mejore y recupere sus capacidades de atracción turística.
A esto hay que sumar el aumento de la inseguridad ciudadana y el empeoramiento de las condiciones sanitarias del país, el cual se percibe en las calles de ciudades abarrotadas de basuras y roedores, lo que daña la seguridad sanitaria y perturba el confort, no solo de los habitantes, sino de los visitantes que viajen al país buscando experiencias agradables.
Publicado originalmente en Diario de Cuba