Ahora, hemos conocido un robot perfectamente cualificado para trabajar codo con codo con los obreros de la construcción. Se llama SAM (Semi-Automated Mason) y tiene la habilidad de poner ladrillos seis veces más rápido que un albañil. La máquina está capacitada para poner cada día una media de 3.000 ladrillos, mientras que sus homónimos humanos solo alcanzan a colocar 500 en cada jornada de trabajo.
SAM está compuesto por una plataforma móvil que se va adaptando a las características del terreno y estabiliza al robot, una bomba de cemento, un brazo robótico y un depósito para los ladrillos que le proporciona un operario.
Uno de los principales retos a los que se enfrentaron sus desarrolladores fue el de conseguir estabilizar el robot, ya que, a diferencia de otros modelos que trabajan en interiores, las condiciones de una obra no son predecibles y la máquina se tiene que enfrentar a las inclemencias climatológicas, como el viento o la lluvia. La plataforma que sostiene a SAM es la solución, ya que le aporta la sujeción adaptable que necesita para colocar los ladrillos con precisión.
No obstante, este robot no está pensado para sustituir a los obreros de la construcción humanos, sino para trabajar en colaboración con ellos. Así lo aseguran sus fabricantes, que indican que está diseñado para ser un compañero de los albañiles que permite aumentar la producción de la cuadrilla entre 3 y 5 veces.
Publicado originalmente en Computer Hoy