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25 Agosto 2025. — El Observatorio Cubano de Auditoría Ciudadana (OCAC) presentó su Informe de Inseguridad Pública, enero-junio 2025, en el que documenta una escalada sin precedentes de la criminalidad en Cuba, con cifras que desmienten las recientes declaraciones oficiales del primer ministro Manuel Marrero Cruz sobre una supuesta “tendencia a la baja” en los delitos.
Según el monitoreo del OCAC, en los primeros seis meses del año se verificaron 1,319 delitos, el período triplica las cifras del primer semestre de 2024 y casi quintuplica las de igual periodo en 2023. Esto representa un promedio de 7,3 delitos diarios en un contexto marcado por el deterioro económico y social.
Estadísticas en alza
Los robos se consolidaron como el delito más frecuente, con 721 casos reportados, entre los que destacan 193 vinculados al hurto y sacrificio de ganado, una expresión directa de la crisis alimentaria que azota al país. Las provincias más afectadas fueron Matanzas, Las Tunas y Santiago de Cuba.
Los asesinatos sumaron 63 reportes, con un promedio de 10 por mes. Entre las víctimas figuran 24 mujeres, 3 menores y 6 ancianos, lo que refleja la amplitud de los sectores vulnerables alcanzados por la violencia. El Observatorio de Género Alas Tensas documentó que 16 de esas muertes corresponden a feminicidios.
El informe de OCAC también registró 61 asaltos y 38 agresiones, que afectan tanto a hombres como a mujeres, menores y ancianos. En varios casos se emplearon armas de fuego, evidenciando la creciente disponibilidad de armamento en un país donde el acceso legal está extremadamente restringido.
Auge del narcotráfico
Una de las novedades más alarmantes del informe es la inclusión del tráfico y consumo de drogas como categoría independiente. Por primera vez desde que el OCAC inició sus reportes, este fenómeno se documenta de manera sistemática, con 198 casos verificados en el semestre.
El 55% de los incidentes se concentraron en La Habana (109 casos), seguida de Las Tunas (18) y Camagüey (15). El incremento de reportes en marzo y abril sugiere la consolidación de redes urbanas con un potencial de crecimiento sostenido. En total, 256 personas estuvieron involucradas en estos hechos, lo que demuestra que el narcotráfico ha dejado de ser marginal para convertirse en un factor estructural del panorama delictivo cubano.
Expansión de la violencia armada
Otro hallazgo crítico es la presencia de armas de fuego en al menos 35 delitos de distintas tipologías. El OCAC advierte que esta tendencia agrava el nivel de peligrosidad social, en tanto incrementa la letalidad potencial de robos, asaltos y otros crímenes.
Estado ausente ante la delincuencia común
El informe concluye que el Ministerio del Interior (MININT) dedica la mayor parte de sus recursos a la represión política en lugar de garantizar la seguridad ciudadana. Mientras tanto, la criminalidad común se expande y se diversifica.
“El Estado cubano prioriza la defensa de los intereses de la élite mafiosa de GAESA antes que la seguridad del pueblo. La ciudadanía queda atrapada en una doble inseguridad: la del delincuente y la del propio aparato represivo”, resume el documento.
Con este panorama, el OCAC alerta sobre la creciente inestabilidad que fomenta el estado mafioso donde la violencia, el narcotráfico y la impunidad avanzan a costa de una población cada vez más vulnerable.