Cuba Siglo 21 reproduce el siguiente artículo de opinión que fue comentado por la prestigiosa plataforma de noticias INFOBAE. Su autor, el general Rafael del Pino, aborda el nuevo escándalo en torno a GAESA y renueva el llamado del movimiento cubano de Militares Objetores de Conciencia a dar pasos hacia una rebelión nacional que ponga fin al actual régimen mafioso que controla el país. El general Rafael del Pino es miembro de la comisión de asesores y expertos de Cuba Siglo 21.
El estado mafioso cubano y GAESA
La reciente filtración al público de cuentas bancarias de GAESA, -el oligopolio de la elite de poder cubana-, por un monto de más de 18 mil millones de dólares desmiente la pretensión de que las calamidades que azotan al pueblo se deban a causas externas (el “bloqueo”, el clima) y confirma las denuncias que el movimiento cubano de Militares Objetores de Conciencia (MOC) ha venido haciendo.
Una oligarquía cleptocrática ha creado un estado al interior del Estado formal, controla los nombramientos políticos y de los mandos militares, se ha apropiado de los principales recursos económicos y financieros del país y se ha desentendido de las necesidades básicas de los ciudadanos y del desarrollo nacional. En otras palabras: la nueva oligarquía engendrada alrededor de la familia Castro ha instalado un estado mafioso que opera en colusión con el de Venezuela y en alianza con Rusia, China, Corea del Norte, Irán, así como con diversos grupos del crimen transnacional organizado.
El actual estado mafioso cubano, además de negar el mínimo de bienestar, libertades y derechos a la población cubana, continúa representando una amenaza a la seguridad regional e internacional. Desde la desaparición de la URSS ha persistido en participar con asesores militares y de inteligencia en el sostenimiento, entre otras, de la dictadura de Nicolas Maduro. Junto a ella ha participado en diversos intentos de desestabilización de latinoamericanas. Son páginas particularmente vergonzosas en la trayectoria reciente de las FAR y el MININT.
Es, sin embargo, erróneo afirmar que los militares cubanos se apropian de las riquezas nacionales por medio del oligopolio de GAESA. Contrario a lo que suele afirmarse, las FAR no controlan GAESA. Conozco la difícil situación personal que atraviesan muchos oficiales de diferentes rangos y sus familias. Pero el manto seleccionado para encubrir la naturaleza real de esa corporación privada -con empresas registradas como sociedades anónimas en Panamá y cuentas bancarias en paraísos fiscales- ha sido las FAR. Descubrir esa realidad le costó la pérdida de todos sus cargos -ministro de las FAR, miembro del CC del PCC- al héroe de la República de Cuba Leopoldo Cintras frías (“Polito”).
¿Quién controla GAESA?
Una élite corrupta, en la que se mezcla un grupo selecto de militares y tecnócratas afines a la familia Castro, es la que realmente controla y se beneficia de la apropiación progresiva que ha hecho GAESA de los sectores económicos más lucrativos y de la inmensa mayoría de los recursos financieros del país. Las Fuerzas Armadas Revolucionarias cubanas, por su parte, se han visto desprestigiadas por su ciega obediencia a una cadena de mando que las ha hecho cómplices de la represión y por la difusión de la leyenda que presupone que GAESA se supedita a ellas dado el vínculo formal que mantiene con la Dirección de Contrainteligencia Militar.
GAESA debe ser nacionalizada, intervenida, confiscada, auditada y disuelta como corporación oligopólica. Ese holding simboliza el poder económico de una nueva clase oligárquica que ha convertido a las FAR y al MININT en ejércitos privados a su servicio para reprimir al pueblo. Ellos mandan; el “gobierno cubano” que encabeza nominalmente Miguel Diaz Canel obedece. Los funcionarios estatales son títeres de la oligarquía de GAESA. El “gobierno” solo sirve para dar la cara por el desastre nacional y la represión. Han hundido en la pobreza al 89% de la población que experimenta apagones cotidianos, depreciación constante de salarios y pensiones, escasez de alimentos y medicinas, así como un brutal código penal que penaliza con cárcel hasta las expresiones más ligeras de protesta en las redes sociales.
Hoy, con la nueva documentación que se ha hecho pública, reitero nuestro llamado a los oficiales y clases de las FAR a que hagan uso del sagrado derecho de insubordinación y rebelión contra quienes han subvertido la Constitución y las leyes que ellos mismos impusieron anteriormente. Ustedes son quienes controlan directamente las armas que pueden neutralizar la represión contra las protestas de la población. Llamamos también a la creación de una coalición opositora de fuerzas civiles y militares que encabece la protesta popular para detener esta crisis humanitaria y comenzar la transición hacia el futuro. Una transición que sólo resulta aceptable si el camino de la reconstrucción nacional se emprende con elecciones libres, democracia, estado de derecho y plenas libertades económicas.
¿Se prepara un “cambio fraude”?
Queda por esclarecer si estas recientes filtraciones de información sobre algunas -no todas- cuentas de GAESA responden a una acción individual o forman parte de un plan deliberado. Si es lo segundo su origen puede ser la propia GAESA o algún grupo de la inteligencia militar que se propone precipitar un cambio fraude bajo su control. Llegado el momento se vestirán de “aperturistas” como hizo Putin y buscarán la aceptación de Washington.
Pero si las filtraciones se enmarcan en esa tramposa estrategia chocarán con una población incrédula de cualquier arreglo que provenga de las filas de sus opresores. También se darán de bruces con las especificaciones estipuladas en ley Helms Burton (Cuban Liberty and Democratic Solidarity Act) para aceptar un cambio en la isla como válido. El acuerdo o deal para normalizar las relaciones con Estados Unidos que fue establecido en detalle por esa ley del Congreso de EE. UU. en 1996 no da espacio a ese cambio fraudulento. Lo único que sin duda reflejan estas filtraciones es que en entre individuos y grupos asociados a la cúpula de poder se expande la noción de que el sistema ha colapsado y no puede permanecer inamovible. Tiene que ser reemplazado y quisieran adelantarse a las fuerzas democráticas en esa carrera contra el tiempo.
La oligarquía representa menos del 1% de la población que sufre. Volvamos las armas contra ellos y apoyemos al pueblo para que recupere sus libertades, derechos y las riquezas robadas al patrimonio nacional. La responsabilidad por cambiar el actual régimen totalitario es ante todo de los cubanos y en primer lugar de quienes visten un uniforme y todavía hoy se dicen protectores de la soberanía nacional claramente conculcada desde hace décadas por la mafia que desgobierna el país.
¡Patria y Vida!