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El Informe de la inseguridad pública en Cuba durante el primer semestre de 2024 revela un preocupante aumento de la criminalidad en comparación con el mismo período del año anterior. En total, se reportaron 432 delitos entre enero y junio de 2024, lo que representa un promedio diario de 2.37 crímenes. Estos incluyen 91 asesinatos, 260 robos, 39 asaltos, 29 agresiones y 13 clasificados como otros delitos. Estos números muestran un incremento significativo en la tasa de criminalidad, destacándose un aumento del 152% en el número de reportes, en comparación con el primer semestre de 2023.

El análisis comparativo muestra un aumento considerable en delitos violentos, especialmente en asesinatos, que crecieron en un 111%, agresiones en un 290%, y robos en un 208%. Este incremento se observó en todos los meses de 2024 en comparación con los mismos meses de 2023, lo que indica un deterioro de la seguridad pública en el país.

Durante los seis meses de monitoreo fueron víctimas de los 432 delitos, un total de 254 personas: 126 hombres, 98 mujeres y 22 menores. Igualmente, resultaron afectadas 106 propiedades privadas y 33 estatales.

En los 432 delitos reportados, delinquieron 564 personas, 518 hombres y únicamente 21 mujeres. Un dato también ilustrativo es que 218 delitos se cometieron en solitario, mientras que 113 fueron grupales.

Las cifras de criminalidad y su comparación con el año anterior subrayan la gravedad de la situación de seguridad en Cuba. Aunque el informe del OCAC se basa en el monitoreo de denuncias y reportes en redes sociales y medios, sugiere que las cifras reales podrían ser aún más altas, debido a la falta de acceso a toda la información en una sociedad cerrada como la cubana. Además, se reconoce que muchos crímenes pueden no ser reportados o no llegar a ser públicos debido a la censura y la falta de transparencia por parte de las autoridades cubanas.

El OCAC también destaca que la corrupción y el crimen organizado están profundamente arraigados en la sociedad cubana, exacerbando la situación de inseguridad. Estos factores, junto con el tráfico y consumo de drogas, se han convertido en problemas cada vez más graves, a pesar de los esfuerzos del gobierno por controlar la narrativa y minimizar la percepción pública de inseguridad.

El informe concluye que la seguridad pública en Cuba se encuentra en un estado de crisis, con un aumento preocupante en la criminalidad y la violencia. La construcción de una “realidad virtual paralela” por parte del Partido Comunista de Cuba (PCC) y el Ministerio del Interior (MININT), que busca controlar la percepción pública y minimizar el impacto de la criminalidad en la sociedad, es una de las tácticas utilizadas por el régimen para mantener el control social. Sin embargo, estas estrategias no logran ocultar la creciente inseguridad que afecta a la población cubana.

En resumen, el informe del OCAC sobre el primer semestre de 2024 pinta un panorama alarmante de la situación de la seguridad en Cuba, con un notable aumento en la criminalidad y la violencia, exacerbado por la corrupción, el crimen organizado y la ineficacia de las autoridades para controlar y resolver estos problemas